¡Feliz año 2017!

Todas/os tenemos que acabar de elegir el súper traje que nos pondremos esta noche, o acabar de arreglar nuestra batcueva, así que no os voy a robar mucho tiempo.

Tan sólo desearos una espectacular entrada de año, y que en el 2017 consigáis todos vuestros propósitos. (Por si tenéis curiosidad, aquí tenéis una lista con algunos de los nuestros). 

Y recordad: si bebéis ¡nada de lanzar redes!

¡Feliz año nuevo!

¡Cuatro meses y un mes!

En realidad este blog cumplió un mes hace dos días (el 28) y el cuarto cumplemes de Jan será mañana (día 31) así que aprovecho esta entrada, a caballo entre ambas fechas, para comentar cómo va la colección de Jan hasta el momento.

A día de hoy tiene/tenemos siete cómics: los cinco primero números de Civil Wars II (al brillar las portadas brillantes es complicado que queden bien en una fotografía) y los primeros números de las colecciones Renacimiento de Flash y Superman:

Siete cómics de una colección que irá creciendo en los próximos meses, poco a poco. No hay ninguna prisa: ¡tenemos quince años por delante!

«¡Es la hora de las tortas!» (La Cosa).

Nuevo traje. Mismo cómic

Comentaba en esta entrada cómo guardo los cómics que compro para Jan. Decía que los formato grapa que venden hoy en día tienen una buena calidad, y que duran bastante sin excesivos cuidados de por medio.

Por desgracia, esto no siempre ha sido así: seguro que más de una/o recuerda la época en la que las páginas interiores de los cómics eran de «papel de periódico».

Yo, al menos, lo recuerdo bastante bien. Y los cómics que tengo de aquella época, también...

No todo el deteriodo que han sufrido algunos de mis cómics es culpa de los materiales, pero: a la calidad del papel hay que sumarle el trato que le dio un «miniyo» que apenas estaba aprendiendo a escribir.

Para muestra, un botón: en esta entrada os mostraba una fotografía del número ocho de la primera Secret Wars. A pesar de que la historia que cuento es cierta (como todo lo que escribo en este blog, vaya) debo confesar que ese no es el mismo número que leí de pequeño...

En realidad, hace relativamente pocos meses, encontré en una tienda de segunda mano los doce números que forman esta Secret Wars en bastante buen estado y, la verdad, no pude resistirme a comprarlos. ¡Por fin podría leer toda la historia!

Aquí podéis ver una comparativa entre ambos números. Encuentro innecesario indicar cuál es el que tenía de pequeño y cuál compré recientemente...

¿Qué los cómics antiguos se rompían más fácilmente? Pues claro. Pero no hay nada que un poco de celo no pueda reparar. Además... qué queréis que os diga... me sigue chiflando el olor a papel de los cómics de cuando era joven...

«¡Llamas a mi!». (Antorcha Humana).

¡Hail Hydra!

Estoy convencido de que todo el mundo, incluido el Capitán América, tiene días en los que se levanta y sólo tiene ganas de mandarlo todo a paseo. De abrir la ventana y gritar bien fuerte...

Creo no equivocarme si digo que esos días se concentran, de manera casi exclusiva, en los lunes (aunque habrá otros hailhydra momentos repartidos a lo largo de la semana, claro).

El caso es que estaba comentando con las personas que me aguantan a diario que iba a hacer una entrada parecida a esta, con el Capi gritando «Hail Hydra», y lo cierto es que no conocían la historia detrás de este reciente «cambio de bando».

Así que, por si acaso vosotras/os tampoco sabéis de qué va el tema, vamos a hacer un resumen en cuatro líneas para que, a grandes trazos, tengáis una idea general de qué está ocurriendo.

Ya hemos visto en una entrada anterior que Cráneo Rojo es un megalómano nazi. Un malo pero de los malos de verdad. La contrapartida perfecta para el Capitán América.

Démosle al Cráneo el cerebro del telépata más importante de todos los tiempos, el mismísimo Profesor X, y el Cubo Cósmico (un artefacto capaz de alterar la realidad) y tenemos montada una fiesta importante.

Aunque una vez roto, el Cubo Cósmico ha vuelto a ser forjado y ha tomando, esta vez, la forma de una niña. Con sus poderes mentales, Cráneo Rojo ha manipulado a esta jovencita, que puede alterar la realidad, haciéndole creer que Hydra es «bien» y el resto no.

Así que el Capi, que es un anciano de noventa años sin los poderes del supersuero (esto lo dejaremos para otro día... que es lunes...) ha sido convertido de nuevo en el soldado perfecto...a los ojos del Cubo Cósmico, claro está: el máximo exponente de Hydra.

Y así es, amigas y amigos, cómo me siendo cada vez que suena el despertando un lunes por la mañana: como si un Cubo Cósmico hubiera hecho desaparecer, de golpe, todo el fin de semana que tenía por delante...

«¡Hail Hydra!»  (David, cualquier lunes por la mañana).

¡Feliz Navidad! (y algo de chimichanga)

Seguro que habréis oído más de una vez que no sabemos apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos. Lecciones, de perogrullo si queréis, que nos da la vida.

Y lo cierto es que, cuando éramos pequeños, quizás no sabíamos apreciar lo que realmente teníamos por estas fechas: los abuelos y tíos sentados a la mesa, comida, risa y canciones (alguna que otra cae, no pongáis esa cara). 

Pasan los años, y la gente con la que compartimos estas fiestas va cambiando. Algunas/os, por desgracia, se van. Otras/os, por suerte, vienen.

Así que no os olvidéis de comprar regalos (sin preocuparos por el precio: es el detalle de acordarse de la persona lo que cuenta). No os perdáis ni una comida. No os saltéis ni una canción.

Pero, sobretodo, no dejéis de valorar lo que tenéis.

Intentemos no ser tan estirados como Cíclope ni tan solitarios como Lobezno... ¡ahora toca ser un poquito más Spider-Man, hombre! Pero controlando: nada de pasarse y acabar siendo un Masacre.

¡Desde Un Cómic para Jan queremos desearos que paséis unas muy felices fiestas!

«¡Chimichanga!» (Masacre).

Actualidad ilustrada

Creo que uno de los puntos más importantes acerca de los cómics, y que a menudo tendemos a olvidar, es que los artistas que los crean son personas como vosotros y yo. 

Como Jan, son mujeres y hombres con un pasado que les ha convertido en lo que son hoy en día. Personas luchando por un futuro lleno de sueños.

Lo que quiero decir, en resumen, es que cuando leemos un cómic estamos ante un producto del tiempo de los autores. Como cualquier otro artista, las/os dibujantes, grafistas, guionistas... se ven influenciadas/os por lo que ocurre a su alrededor.

Cada día pasan un montón de cosas, y ocurren a una velocidad endiablada. No es raro que, de tanta información a la que tenemos acceso, nos olvidemos muy rápido de acontecimientos muy recientes. Por suerte, tenemos los cómics para recordarnos porqué caemos...

De la misma manera que pudimos ver a un Spiderman hundido al no haber podido evitar los atentados del 11-S, hay una nueva colección del Capitán América en la que podemos ver cosas muy interesantes.

Como, por ejemplo, este discurso de Cráneo Rojo. Seguro que lo habíais oído antes. Palabra por palabra.

«¿Por qué caemos Bruce? Para aprender a levantarnos» (Thomas Wayne y Alfred Pennyworth).

Hablemos de cosas serias

En anteriores entradas hemos compartido recuerdos, lanzado algunas ideas de regalos navideños e, incluso, os he explicado cómo protejo los cómics de Jan.

Ha llegado el momento de hablar de cosas serias. Pero serias de verdad: dinosaurios.

¿Por qué nos gusta leer cómics? Habrá tantas respuestas como personas pero creo que podemos estar todos de acuerdo en algo: mola mucho más si aparecen dinosaurios.

Y es que estaba echando un ojo a nuevas colecciones que van a ir saliendo y, por lo que parece, ¡comparto aficiones con algunos de los guionistas!

Aquí tenemos a Superman (e hijo) luchando con pterodáptilos (dinosaurios voladores, vaya):

Si os parece poco, aquí tenéis a la spiderfamilia correteando con un tyrannosaurus Rex:

¡Seguro que a Jan le va a encantar! ¡Yuhu!

«No tiene nada de malo sentir miedo siempre y cuando no te dejes vencer.» (Capitán América).

¡Protección!

Cuando uno se embarca en un proyecto como este, comprar cómics durante quince años para luego regalarlos, surgen varias dudas.

Si bien es cierto que aquí comenté algunas de ellas, puede parecer que el problema principal es cómo conservar en buen estado los cómics para que duren tanto tiempo.

En realidad, con la calidad que tienen las grapas que se distribuyen en España, con un mínimo de cuidado durarán muchísimo tiempo.

Como la mayor preocupación que uno puede tener es que se le arruguen los cómics, los guardo en bolsas protectoras, con su correspondiente cartón (ambos materiales libres de ácidos, para asegurar una mayor conservación):

                       

Podréis encontrarlos en vuestra tienda de cómics habitual o, si no podéis desplazaros, en sitios online como amazon.

Aún quedan muchísimos años para que mi sobrino reciba su regalo. Los cómics cambiarán de estantería y de habitación. Seguramente sufrirán traslados y mudanzas. Pero Jan puede estar tranquilo: los cómics estarán en perfectas condiciones cuando se los dé.

«Yo soy Groot» (Groot).

Superregalos navideños

Poco importa que nos guste más Marvel que DC: sabemos que, de todos los superhéroes que visten el rojo, hay uno con más carisma que Spiderman e, incluso, más rápido que Flash. 

Se trata de Papá Noel (seguido a la zaga por los Reyes Magos). Y dadas las fechas en las que estamos, las cartas con listas de regalos deberían estar en manos ya de los elfos o de los pajes correspondientes.

Como quizás haya gente falta de ideas o con dudas a la hora de comprar regalos a un miembro de los Vengadores con tres meses de edad, vamos a compartir algunas de las cosas que están en la lista de Jan.

Pero, antes de nada, el superconsejo del día: haced caso a los padres. Si os dicen que a la niña/al niño le hace falta algo en concreto, es por algo. Nada os impide comprar, aparte, un detallito gracioso pero siempre, al menos en estas edades, haced caso a los padres.

Con tanto cómic que le estoy comprando, va a necesitar una buena estantería para poder guardarlos todos:

Pero no todo ha de ser lectura: el ejercicio también es importante. Así que nada mejor para gatear que ir persiguiendo a este mini Juggernaut amarillo:

Tanto ejercicio hará que acabe hambriento, así que no olvidéis ponerle el bat-bero para que no se mache. Aunque tenéis muchas otras opciones:

Y para cuando acabe supercansado, nada mejor que un buen supertraje para dormir:

Si tenéis alguna idea para hacer superregalos ¡compartidla en los comentarios! Seguro que podréis ayudar a gente indecisa.

«No veo mis poderes como un don para mí, sino para todo aquél que los necesite.» (Superman).

Propósitos para el 2017

Me gustaría poder decir que, a la hora de comprar cómics para Jan, entro en una librería y me dejo llevar, comprando lo que más me atrae en ese momento.

Y lo cierto es que es una idea que no descarté de inmediato: comprar cada mes números de colecciones diferentes, hasta formar un grupo variopinto y, de alguna manera, sin relación entre sí.

Sin embargo, tras pensarlo bastante, decidí no hacerlo y centrarme en colecciones concretas teniendo en cuenta, si es que esto es posible de alguna manera, los cómics que más podrían interesar al Jan del futuro.

Así que estos, casi tres semanas antes de que acabe el año, son mis propósitos para el 2017:

De DC, compraré la serie de Flash (Renacimiento) y, posiblemente, All-Star Batman (Renacimiento):

Es una lástima, porque una de las colecciones que más me apetecía comprar era Teen Titans (Renacimiento): crecí leyendo Legión de Superhéroes, así que el cómic de grupo de superhéroes, para mi (y espero que para Jan también ), es poco menos que imprescindible. Sin embargo, no está previsto que se publique de momento en nuestro país.

Para cubrir este «hueco» me haré con Campeones, de Marvel (supongo que con la portada alternativa, dibujada por Alex Ross... la de la derecha, vaya):

Obviamente, todo puede cambiar: todos nos marcamos unos objetivos a principios de año que, con el tiempo, poco a poco, vamos abandonando. Dejamos de ir al gimnasio, volvemos a fumar, no nos molestamos en seguir diciendo «a ver si quedamos algún día»... en mi caso, lo peor que podría ocurrir es que dejara de comprar cómics.

Por eso, volviendo a la cuestión del principio de esta entrada, creo que comprar colecciones y no números sueltos es una buena manera de entrar en la rutina de ir a la tienda una vez al mes.

De convertir este proyecto en una realidad.

Por supuesto, si tenéis cualquier idea o sugerencia sobre qué comprar o, no menos importante, qué no comprar ¡no olvidéis dejarla en la zona de comentarios! Un servidor os lo agradecería y, con algo de suerte, Jan lo hará de aquí quince años.

«Cualquier sueño que merezca ser vivido es un sueño por el que merece la pena luchar.» (Profesor Charles Xavier).

Historias de una Guerra Secreta

Ya que hace poco hablábamos de Guerras, dejadme explicaros una historia sobre una Guerra Secreta...

Un buen día, hace casi treinta años, sin saber muy bien cómo, encontré en casa el número ocho de la primera Secret Wars. No teníamos ningún número más de la colección así que, con paradas técnicas para colorear el dibujo de Galactus que hay en la sección del correo de los lectores, lo leía y releía en bucle. No sabía nada del inicio de la historia, ni tampoco tenía la más mínima idea de cómo iba a terminar todo aquello.

Pero no me importaba: me emocionaba una y otra vez con el sacrificio del Capi, ordenando a la Antorcha Humana que usara su Llama Nova contra Ultrón, a pesar de estar demasiado cerca para sobrevivir.

O lo mucho que me hacía pensar Reed Richards arreglando la armadura de un Iron Man negro mientras decía que sólo se había parado a pensar que bajo el traje de metal había un hombre, sin importarle el color.

En el fondo creo, y mi sentido arácnido me lo confirma, que compro cómics para Jan por culpa del número ocho de la primera Secret Wars. 

Porque quiero que crezca sin prejuicios, conociendo la bondad, el altruismo y el sacrificio.

¡Y porque cómo mola esa portada!

«Una era en la que la medida de un héroe la daba no su fuerza... sino su nobleza. La daba su fortaleza de corazón.» (El Vigilante, Cronista de la Historia. Final de la Saga de Onslaught).

Una luz en la oscuridad

Dicen que no tememos a la oscuridad, sino a lo que se esconde en ella... hasta que leen La Saga de la Gran Oscuridad, de la Legión de Superheroes, y cambian de opinión.

El hecho es que, sabiendo que, quizás, Jan tendría noches inquietas con seres curiosos acechando desde las sombras, decidí poner remedio comprando... un  Gusy Luz. Esos pequeños guardianes silenciosos, protectores vigilantes. Son, si queréis, nuestros caballeros oscuros.

Lo compré meses antes de que Jan naciera: fue verlo y desearlo de una manera impulsiva . Por desgracia suerte, mi pareja me detuvo a tiempo y no me dejó comprar uno para mi, hecho que me dejó el sentido arácnido parpadeando durante semanas.

Así que ahora duermo con una lucecita encendida, para ver lo que se esconde en la noche, pero tranquilo, sabiendo que Jan está bien vigilado.

Que nadie se ponga nervioso: sabemos que Jan tiene sólo tres meses y que este juguete no es apto para su edad. La caja permanece a buen recaudo, esperando a que el elegido la reclame.

¿A qué es monísimo el body de Batman?

«En el día más brillante, en la noche más oscura, ningún mal escapará de mi vigía» (Juramento de los Linterna Verde).

Nacido en plena Guerra Civil

Por suerte o por desgracia, Jan nació en plena Guerra Civil. En la segunda, concretamente, que asola el universo Marvel.

Así que, por lo que parecía, la decisión era bastante sencilla: como ya habéis podido ver, los primeros cómics que compraría corresponderían a Civil Wars II. Sin embargo, mi sentido arácnido me avisaba de que no iba a ser tan fácil...

Tengo una edad, y he vivido eventos similares cuando era (algo) más joven (La Era de Apocalipsis u Onslaught, por ejemplo), así que sé, de manera positiva, que para leer un evento de estas magnitudes hay que zigzaguear y saltar entre diferentes colecciones.

Sin ir más lejos, este es la guía de lectura que aparece el final del primer cómic que compré: Civil War II 1:

Son treinta y siete cómics en cuatro meses... no me salían las cuentas, así que decidí ceñirme únicamente a la «trama principal», si es que se puede llamar así, y comprar únicamente aquellos que pertenecen a la «Civil War II» propiamente dicha.

No había tenido en cuenta, pero, las portadas alternativas: cada cómic tiene varias portadas disponibles así que, aunque todas tiene su aquél, decidí comprar las de Michael Cho y Claudia Davila (aquí no se aprecía, pero son de esas brillantes. Muy chulas):

       

Porque, para conocer bien a alguien, no hay nada mejor que compartir aventuras y desventuras. En el caso de superhéroes, Guerras Civiles.

«No lo intentes. Hazlo, o no lo hagas, pero no lo intentes» (Yoda, El Imperio Contraataca).

Dos por doce por quince

Decía en una entrada anterior que tengo intención de comprar un cómic al mes, durante quince años, para regalárselos luego a mi sobrino. 

Vaya por delante que mi intención es firme y decidida, si bien es cierto que hay algunos aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de embarcarse en una aventura similar:

• El desgaste por el tiempo. Son quince años, que se dice escribe rápido. Para cuando haya llegado al destino, tendré la nada desdeñable cifra de cincuenta y un años. Es posible que en algún universo paralelo, mi yo del futuro desfallezca y tire la toalla; sin embargo, de todos mis «yoes» del multiverso, yo soy el más constante y tenaz (y el peor cocinero, también).
• La ilusión no correspondida. Obviamente, también es posible que a mi sobrino, llegado el momento de recibir mi legado, no tenga el más mínimo interés en los cómics. Tengo 15 años para educarlo y evitar, así, encontrarme en esa línea temporal tan nefasta. Pero tampoco haré nada contra su voluntad: si, por el motivo que fuere, no los quisiera, intentaré reaccionar de la manera más racional y adulta posible: «Pues si no los quieres... ¡Para mí!»
• Rechazo por parte de los padres. Así como hay que educar a la juventud, no menos importante es educar a los padres en un asunto que podría llegar a ser conflictivo: no tanto por el contenido de los cómics en sí mismo, sino por el espacio físico que arrastran consigo. De nuevo, he evitado el hipotético «A ver dónde pongo yo esto ahora...» de la manera más adulta que he sido capaz: no les he dicho nada. Pero nada de nada. ¡Sorpresa!
• ¿Y qué hay de tu hija/o?. Aquí y ahora, no existe. ¡Dejemos de preocuparnos por el mañana! Además, tendrá mi propia colección que, algún día, será su propia colección (niñolávatelasmanosantesdeabrirlos) y, por supuesto, podrá leer también la de su primo.

Suponiendo que compre un par de cómics al mes, durante quince años, son alrededor de trescientos sesenta. Trescientas sesenta ilusiones, alegrías, tristezas... momentos fugaces que se perderán, como lágrimas en la lluvia... y que caben perfectamente en dos o tres cajas: ¡menos dramas!

Y si no los quiere ¡para mí!

«Es muy peligroso cruzar la puerta. Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos no sabes hacia donde te arrastrarán» (Bilbo Bolsón).